viernes, 16 de enero de 2009

Algo sobre las fobias

Podemos definirlas como un tipo especial de miedo o de temor. La palabra fobia deriva del griego phobos, por el dios del mismo nombre que provocaba pánico en sus enemigos. Por lo tanto, ya en la antigüedad este término significaba temor o terror, y así se entendió hasta prácticamente nuestros días, cuando se le da un uso más específico, separándolo de otros tipos de miedo.

Lo que tiene de "especial" este tipo de temor, y lo diferencia del miedo que todos hemos sentido alguna vez, son estas cuatro cualidades:

1) Es un temor desproporcionado a la situación que lo provoca.

2) Quien lo sufre lo reconoce como absurdo, sin explicación razonable.

3) No tenemos ningún tipo de control sobre él.

4) Lleva a evitar las situaciones en que aparece.

Al tratarse de una forma de miedo, es lógico que el síntoma común a todas las fobias sea la ansiedad: palpitaciones, sudor, sensación de vacío en el estómago, tensión muscular, hipertensión, temblor, etc... salvo en un tipo de fobia simple (sangre-inyecciones-heridas) en la que se produce un síncope (mareo, hipotensión).


Origen

Teorías para explicar por qué y como se producen las fobias hay... a montones. Este hecho nos indica simplemente que no podemos responder a esta pregunta hoy por hoy. Lo que sí podemos decir es que hay factores asociados con su aparición y con su mantenimiento.

- Aparición:

  • Factores genéticos ( más claros en la agorafobia que en las otras)
  • Influencia familiar y cultural. Algunos familiares del paciente suelen tener el mismo temor; y en las fobias, como parte de nuestra cultura, también hay "modas" (ya no se ve la fobia a la tuberculosis, pero se lleva por ej. la fobia al SIDA o al cáncer)

- Mantenimiento: Este punto es importante porque evitar lo que desencadena la fobia o afrontarlo con una persona de confianza, que nos proteja y tranquilice, (por ej. si tengo miedo a salir a la calle y solo lo hago con un familiar o un amigo) no lleva a la curación de la fobia si no se acompaña del tratamiento adecuado, sino que de alguna manera se apoyan los temores del paciente, y lo que se consigue es que en la próxima ocasión se repita esta conducta porque ha conseguido disminuir el grado de ansiedad que padecía.


Tipos de fobias: de la "A" a la "Z"

"Agorafobia, Bacilofobia, Claustrofobia, Dromofobia, Entomofobia, Fobofobia, Gefirofobia, Hidrofobia,... Zoofobia"

Cómo podemos imaginar, se puede tener fobia a... ¡casi todo! La lista de posibles fobias no tendría fin, sin embargo, en la práctica se pueden agrupar y así tendremos una clasificación sencilla que nos permita orientarnos.

1. Fobias a estímulos externos. Son las "típicas", tales como: la agorafobia, la fobia social y las fobias simples o específicas ( a animales, objetos, etc...), que trataremos a continuación.

2. Fobias a estímulos internos. Nosofobias -miedo a la enfermedad-, y fobias propias de otros trastornos ( como el obsesivo) y en las que no profundizaremos por su complejidad.


Agorafobia

Se ve más en mujeres jóvenes. Este término en un principio se refería al temor a lugares abiertos, pero se ha ampliado a otros temores relacionados a estas situaciones, como temor a las multitudes, estar en lugares públicos, entrar en tiendas o estar en un lugar en el que sea difícil escapar.

La diferencia de la agorafobia respecto a otras es que lo que se teme no es la situación en sí, sino la posibilidad de que nos ocurra algo y no tengamos ayuda alguna. Por eso, los síntomas de ansiedad mejoran si se está acompañado por alguien de confianza (recordemos que eso no quiere decir que el paciente mejore de su fobia).

Aunque muchas personas pueden llevar una vida prácticamente normal, es la fobia más grave, hasta el punto de que algunos pacientes no pueden salir de sus casas.

Es frecuente un estado permanente de ansiedad, que no se ve en otras fobias.

Tratamiento

Con la terapia adecuada, la mayoría de los pacientes mejoran espectacularmente.

Psicoterapia: El tratamiento más eficaz, principalmente con técnicas de exposición progresiva:

  • Hacer que el paciente se enfrente a la situación que desencadena el miedo colocándole estímulos de menor a mayor intensidad.
  • Debe hacerse poco a poco hasta que pueda afrontar la situación más temida.
  • Practicar técnicas de relajación durante las sesiones para reducir la ansiedad que se provoca
  • Intentar modificar los pensamientos negativos que surgen automáticamente en las situaciones fóbicas y que impiden ver otras formas de afrontarlas.

Farmacológico: Como apoyo para la terapia o en situaciones puntuales, se usan ansiolíticos (generalmente benzodiacepinas).


Fobia social

Aparece en la adolescencia, con igual frecuencia entre hombres y mujeres.

El problema es el miedo al ridículo en situaciones "sociales" como hablar, comer, o actuar en público, pedir información a desconocidos, etc... es decir, cuando uno queda expuesto a la valoración de los demás.

Puede ser:

  • generalizada: en todas las situaciones sociales
  • no generalizada: solo a una de ellas

Esta fobia sería algo así como una timidez extrema, teniendo en cuenta que la timidez no suele limitarnos tanto en nuestras relaciones como la fobia social, y que, además, suele ser generalizada y la fobia social puede no serlo.

Este trastorno puede llegar a ser muy limitante, aunque afortunadamente, la mayoría de los casos no son tan graves y se limitan, además, a alguna situación social concreta.

Existe el riesgo de alcoholismo "social" ( beber para enfrentarse a la situación temida, como hablar en público...)

Tratamiento

Psicoterapia: Similar a la de la agorafobia (exposición progresiva, pensamientos negativos) y además, se enseña al paciente a manejarse en las áreas concretas de las relaciones sociales en las que tiene problemas.

Farmacológico: Los más eficaces son los antidepresivos, sobre todo los de reciente aparición en las formas generalizadas. Si son muy concretas (miedo a los exámenes), se usan betabloqueantes o benzodiacepinas de forma puntual.


Fobias simples o específicas

Muy frecuentes en niños y en mujeres.

Miedo a un objeto o situación concretos:

  • A los animales (es la más frecuente)
  • A fenómenos naturales (tormentas, oscuridad, el mar...)
  • A la sangre, las inyecciones y las heridas
  • A otras situaciones concretas, como ascensores, aviones, alturas, etc...

Al ser tan específicas, los que las sufren no suelen buscar ayuda porque apenas alteran su vida cotidiana.

Si precisan tratamiento se emplea la psicoterapia ( técnicas parecidas a las anteriores). Los fármacos no son útiles.


Fuente: Saludalia

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