lunes, 9 de junio de 2008

Obesidad contra la malaria

Al fin la ciencia encuentra algo bueno que decir sobre la obesidad y la grasa corporal.

Mosco malárico
Los ratones obesos lograron defenderse de la infección de malaria cerebral.
Al parecer ésta protege contra una forma letal de malaria, al menos eso demostró una investigación en ratones llevada a cabo en Francia.

Hasta ahora ha sido difícil establecer qué efecto tiene la obesidad en la malaria.

Se considera que la primera es un problema del mundo desarrollado y la segunda, afecta principalmente al mundo en desarrollo.

Pero a medida que la obesidad está surgiendo también como un problema de los países más pobres, los expertos en el área creen que este estudio podría llevar al desarrollo de nuevos tratamientos contra la enfermedad.

Los científicos del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) en París, inyectaron a 14 ratones obesos y 14 ratones no obesos con el parásito de la malaria, Plasmodium berguei.

A los seis días ocho de los animales no obesos murieron de malaria cerebral.

Ésta es una de las formas más graves de malaria, que afecta el sistema nervioso central, causando coma y muerte en humanos.

Defensa

El resto de los ratones no obesos murió dos semanas más tarde de una anemia severa debido a que el parásito había destruido sus glóbulos rojos.

Obeso
La obesidad está surgiendo ya como un problema del mundo en desarrollo.
Sin embargo, en el grupo de los obesos ninguno de los animales mostró signos de malaria cerebral.

Eventualmente los animales sucumbieron a la anemia severa y murieron entre 18 y 25 días después de la infección.

Según los autores del estudio -publicado en Malaria Journal (Revista de Malaria)- la anemia puede ser tratada, así que tal como demuestran estos resultados, la obesidad sí parece ofrecer algún tipo de protección contra la enfermedad.

Los científicos no saben con exactitud cómo logran resistir a la malaria los ratones obesos, pero creen que existen varias posibilidades.

Una podría ser una mutación en el gen que codifica la hormona leptina, que hace obesos a los ratones, y que también controla la respuesta inmune del organismo.

Otra posible explicación -dicen los científicos- es que los niveles de azúcar anormalmente altos asociados a la obesidad tanto en ratones como en humanos quizás compensen la caída en la glucosa en la sangre que causa la malaria severa.

Esto podría permitir a los ratones defenderse mejor de la infección parasitaria.

Los expertos subrayan que los resultados de este estudio son preliminares y ahora será crucial investigar cuál es el mecanismo que hace a los ratones obesos resistir la malaria.

Esto, afirman, podría conducir al desarrollo de nuevos tratamientos contra la enfermedad que mata a un millón de personas cada año.


Opinión del Blogero: Interesante, ya que he leido varias investigaciones sobre que por ejemplo, la grasa de cerdo no permite pasar el veneno de una víbora o de una viuda negra, al parecer la grasa es una protección contra estos males que se adquieren por medio de "vectores".

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